martes, 29 de enero de 2008

IGLESIAS DÚPLICES: VILLAUTE

Aunque ahora nos resulte chocante, en España, en la Alta Edad Media proliferaron los monasterios dúplices, es decir, de monjas y monjes. Parece ser que eran especialmente abundantes en la época visigoda. Se trataba, en general, de monasterios pequeños, en los que la comunidad monástica masculina y la femenina hacían vida por separado, aunque compartían la iglesia abacial, que podía ser doble para permitir la separación en el culto. Con todo, la reforma cluniacense, implantada definitivamente en Castilla por Alfonso VI, miraba con malos ojos estas fundaciones y las prohibió.

Por este motivo, solamente las iglesias prerrománicas o románicas tempranas, como la de San Juan de la Peña en Aragón, se pueden asociar a comunidades mixtas. En cambio, cuando se habla de iglesias románicas dúplices no suele tratarse sino de construcciones que, de una nave en un principio, fueron ampliadas, posteriormente pero todavía en época románica, por razones de espacio.

Estas iglesias son escasas y, por lo general, de formas muy sencillas. Uno de los ejemplos más interesantes se encuentra en Villaute de Villadiego, donde la iglesia es de doble nave con doble ábside semicircular, ambos con columnas adosadas.

Villaute de Villadiego. Iglesia

Las naves son muy sencillas, careciendo de decoración excepto por la portada adosada a la nave sur, con cuatro toscos capiteles de decoración vegetal y basiliscos.

De los ábsides, el más trabajado es el norte, con canecillos decorados, alguno de ellos interesante, y con una elaborada aunque desproporcionada ventana con arquivolta en zigzag y capiteles de sirena de doble cola y - otra vez; después de todo hay más de los que pensaba - gallos coronados por interesantes cimacios. El ábside sur, casi carente de decoración, parece una imitación pobre del norte.

Villaute de Villadiego. Ábside norte

Villaute de Villadiego. Canecillo del ábside norte.

Villaute de Villadiego. Ventana del ábside norte.

Villaute de Villadiego. Capitel de la ventana anterior. Nótense los gallos y la talla del cimacio.

Según parece, la historia de esta iglesia se puede resumir como sigue: primeramente, en el Románico pleno, se levantó la nave norte con su ábside y su portada. La nave sur se construyó ya en una época posterior, en un estilo románico arcaizante, imitando la norte. En esta reforma se trasladó a la nueva nave la portada original.

Finalmente, la espadaña es un añadido posterior, tal vez del siglo XVI.

jueves, 24 de enero de 2008

VILLAHIZÁN DE TREVIÑO: MÁS IMÁGENES

En algún artículo de hace unas semanas hablaba de las iglesias de Villahizán de Treviño, una de las cuales está en ruinas. Pues bien, gracias a Javier Gómez López y a su padre, que es de este pueblo, he conseguido imágenes de esta misma iglesia en pie.

La iglesia fue parroquial de un barrio del pueblo hasta 1875 y se vino abajo en 1988. Ahora estas fotografías, anteriores a su ruina, tienen un valor testimonial. Y como no se haga algo hasta mis propias imágenes de lo que queda serán el recuerdo de algo desaparecido. Como en tantos sitios, una vergüenza.

Con todo, tampoco estas imágenes arrojan demasiada luz sobre la extraña combinación de canecillos que aparecía en el artículo anterior (su ubicación se señala en la primera imagen con un recuadro rojo). Aunque yo me inclino por creer que se trata de una recomposición hecha al remodelar la iglesia con piezas que "sobraban" del edificio anterior. Porque si no, no le veo ningún sentido.

miércoles, 16 de enero de 2008

VALERÁNICA

En la localidad de Tordómar, a orillas del Arlanza, no quedan hoy en día más restos de época medieval que el ábside románico de su iglesia, sin especial interés.

Sin embargo, cruzando el puente de origen romano, se llega desde el pueblo al lugar donde los arqueólogos han localizado los restos de uno de los monasterios más notables de la zona en el siglo X. Se trata de San Pedro y Santo Tomás de Valeránica, o de Berlangas, luego cambiado a la advocación de Santa María.

La historia de este cenobio, cuyo nombre varía según los escritos (Berlangas, Baralangas, la latinización Valeránica...) se remonta a la época condal, en la que aparece como fundación dependiente de San Pedro de Arlanza. Pronto adquiere una cierta importancia, teniendo en su señorío, entre otras, la importante villa de Covarrubias, y albergando reliquias de los santos Vincencio y Leto, Tomás, Sebastián y Pelayo de Córdoba. Es en este momento cuando desarrolla su famoso scriptorium.

Sin embargo, Valeránica desaparece con la velocidad con la que había ganado importancia; tras la cesión de Covarrubias a los condes de Castilla y, probablemente, una serie de razzias musulmanas, el monasterio cae en desgracia. En 1096, año de fundación de la diócesis de Burgos, se menciona su estado como de abandono y ruina y sus territorios son enajenados.

Los elementos aparecidos en la excavación de Tordómar poco nos pueden decir sobre el edificio. Se han hallado muros revestidos de ladrillo de tradición romana, así como cimacios y relieves de aspecto visigodo, junto con estelas, que se pueden ver en el Museo de Burgos.

Monasterio de Valeránica. Cimacio. Museo de Burgos

Monasterio de Valeránica. Relieve de recuerdo visigodo. Museo de Burgos

Pero lo que ha ganado al monasterio de Valeránica su entrada en la Historia, al menos en la del Arte, es la belleza de los libros salidos de su scriptorium a mediados del siglo X, de la mano del calígrafo Florencio de Valeránica. Su calidad los convierte en cumbres de la miniatura mozárabe.

Por orden cronológico, estas obras son las siguientes: la Biblia de Oña (943), perdida, en la que el nombre de Florencio se revela en versos acrósticos: [...]FLORENTIO MEMORARE SCRIPTOR[...]; los Moralia in Iob, procedentes de la Catedral de Toledo (945); el también perdido Comentario a los salmos de Casiodoro (953); las Homilías de Smaragdo de Saint-Mihiel que se conservan en la Catedral de Córdoba (954-960); y, finalmente, la Biblia de San Isidoro de León (960). Quizá sea esta su producción más destacada, con ilustraciones de una calidad excepcional.

Biblia de San Isidoro de León

Biblia de San Isidoro de León. Retrato del calígrafo Florencio

Biblia de León. Capitular del libro del Génesis.

sábado, 5 de enero de 2008

AUTO DE LOS REYES MAGOS

Villasana de Mena. Adoración de los Reyes
Cortesía de Carlos Calderón

En los siglos del Románico se puede situar la aparición de la literatura en lengua castellana. La "Representación o Auto de los Reyes Magos", del siglo XII, es uno de los primeros textos en esta lengua y la primera obra de teatro conservada. Su tema es el viaje de los Reyes Magos hacia Belén, y queda un fragmento de 147 versos, del que copio una parte:

MELCHOR:

Señores, ¿a cuál tierra queredes andar?
¿Queredes ir conmigo al Criador rogar?
¿Habedes lo veído? Yo lo voy [a] adorar.

GASPAR:

Nos imos otrosí, si le podremos fallar.
Andemos tras la estrella, veremos el lugar.

MELCHOR:

¿Cómo podremos probar si es hombre mortal
o si es rey de tierra o si celestial?

BALTASAR:

¿Queredes bien saber cómo lo sabremos?
Oro, mirra, incienso a él ofreceremos;
si fuere rey de tierra, el oro querrá;
si fuere hombre mortal, la mirra tomará;
si rey celestial, estos dos dejará,
tomará el incienso quel' pertenecerá.

LOS DOS:

Andemos y así lo fagamos.

El texto completo se puede leer en

http://www.coh.arizona.edu/Spanish/comedia/anonymous/autorm1.html

jueves, 3 de enero de 2008

LA REUTILIZACIÓN DE UN LUGAR: RETORTILLO

Son muchos los ejemplos de asentamientos medievales que aprovechan los restos o los emplazamientos de ciudades romanas abandonadas.

Que se aprovecharan los restos es fácil de entender. Si (según afirmaba un cantero en el programa "Las claves del Románico" de Peridis) se tarda al menos un día en labrar un sillar, utilizar las ruinas como "canteras de piedra labrada" resultaba muy tentador. Así, en la ermita del Santo Cristo de Coruña del Conde, no lejos de la importante ciudad romana de Clunia, buena parte de las piedras muestran inscripciones o tallas de origen romano que delatan su procedencia.

En cuanto a los lugares, podría ser que tuviera un valor psicológico, en el marco de la Reconquista, ya que repoblar el lugar se podía entender como una "recuperación del territorio perdido". Pero esto explica mal algunos casos, como el que corresponde a este artículo, en los que la población romana llevaba abandonada varios siglos en el momento de la invasión árabe. Es de suponer en estos casos que las condiciones que hacían el lugar adecuado para un asentamiento a los ojos de los romanos fueran igualmente atractivas para los habitantes medievales, con el aliciente adicional, antes mencionado, de la disponibilidad de abundantes materiales de construcción.

Por el motivo que fuera, como en muchos otros lugares, en la población cántabra de Retortillo, cerca de Reinosa, donde se pueden contemplar las ruinas de la ciudad de Julióbriga, se construyó un templo románico justo en el mismo lugar en el que había estado el foro de la ciudad. Desde la espadaña del templo se ven bien los restos de los edificios romanos, que se mezclan con las tumbas del cementerio medieval, el cementerio moderno y la propia iglesia, en un conjunto muy interesante.

Retortillo. Restos del foro de Julióbriga

Retortillo. Restos del foro de Julióbriga y cementerio moderno

En cuanto a la propia iglesia, es un edificio sencillo pero de interés, con una estilizada espadaña desfigurada por una gran escalera de acceso, y un ábside monumental aunque con una escultura muy mal conservada al exterior (en cambio, al interior, que no conozco, deben de estar algunos de losc apiteles más elegantes de la zona).

Retortillo. Ábside de la iglesia

La nave está muy modificada; la portada es sencilla y solo destaca el curioso tímpano reutilizado en el muro, que procede seguramente de la principal, tapada por la escalera de la espadaña.

Retortillo. Iglesia

Nota: en el artículo Las torres de Valdivielso mencionaba que no conocía más gallos románicos que el de San pedro de Tejada. Pues aquí hay otro.

Retortillo. Gallos