Oviedo. Foncalada
La Foncalada de Oviedo está considerada como la primera obra pública conservada de los reinos cristianos tras la conquista musulmana de la Península, y la única de estilo prerrománico asturiano.
La primera noticia documental de la Foncalada es del siglo XI, pero la construcción es claramente del IX, de la época de Alfonso III, como lo prueban la Cruz de la Victoria que adorna su tímpano y las inscripciones que la acompañan: [HOC SIGN]O TVETVR PIVS - HOC SIGNO VI[NCITVR INIMICVS], lema del reino de Asturias (con este signo se protege al pío; con este signo se vence al enemigo); y [SIGNVM SALVTIS PO]NE DOMINE IN FONTE [ISTA VT NON PERMITAS] INTROIRE ANGELVM PERCV[TIENTEM] (Pon, Señor, el signo de la Salvación en esta fuente para que no permitas entrar al Ángel Golpeador), fórmula típica de Alfonso III.
El significado religioso de las inscripciones a pesar de tratarse de un edificio civil es típico de la época del Reino de Asturias, en la que la religión cristiana era objeto de una campaña de promoción emprendida por los reyes, apoyados por Roma, con el doble fin de implantar definitivamente el cristianismo en la Cordillera Cantábrica, de cristianización tardía (iniciada por los eremitas visigodos) y parcial; y de presentarse como los auténticos herederos del reino visigodo desacreditando a los mozárabes, cuya situación por otra parte estaba entrando en crisis en el Califato.
Foncalada. Inscripciones (NO TVETVR PIVS; NE DOMINE IN FONTE)
Foncalada. Inscripciones ( HOC SIGNO VI; INTROIRE ANGELVM)
La fuente, que estaba destinada a baños, es de dimensiones notables (unos 4 metros de lado) y sigue el modelo de fuente de capilla procedente de la época romana y que se mantendrá sin apenas cambios en gran número de obras posteriores (como la de la imagen, en el pueblo burgalés de Villavieja de Muñó) dificultando la datación de muchas de ellas
Villavieja de Muño. Fuente de capilla (nótese al fondo la interesante iglesia románica)
Foncalada. Vista posterior
La Foncalada parece haber sido modificada tras su construcción, ya que está cubierta de inscripciones fragmentarias y desordenadas, entre las que destacan las que se han mencionado antes. Confirma esto el que se encontrara en unas obras de restauración una piedra con la inscripción TIENTEM que faltaba a la palabra PERCVTIENTEM.