viernes, 30 de noviembre de 2007

LOS ORÍGENES DE LA CATEDRAL DE ZAMORA

La catedral de Zamora es una de las primeras y principales obras del románico tardío en España e introduce elementos muy innovadores, como la espectacular cúpula, que luego serán adoptados con mayor o menor éxito en otros lugares, como los cimborrios de Toro y Salamanca, y los arquillos lombardos sobre ménsulas, a menudo lobulados, que aparecen en muchísimas iglesias de la zona y más lejanas.

Muchas veces para explicar la novedad de la cúpula zamorana se hace referencia a su origen bizantino. Sin embargo, aunque esto podría servir como causa última, lo que parece mucho más claro es que sus modelos directos son las iglesias del suroeste de Francia, en particular de las regiones del Poitou y de la Dordoña (antigua región de Périgord).

Por ejemplo, en la iglesia de Notre-Dame-la-Grande de Poitiers se pueden observar, en las torrecillas que flanquean la fachada, cubiertas de escamas muy similares a las zamoranas; y en Saint-Jouin-de-Marne unas torres similares nos muestran los consabidos arquillos "post-lombardos", y la decoracón de dovelas almohadilladas del arco de alguna ventana es idéntica a la de iglesias como Santiago del Burgo (en la ciudad de Zamora).

Pero donde la similitud es más clara es en la torre de Saint-Front de Périgueux, que se muestra aquí según un dibujo del gran arquitecto y restaurador decimonónico Viollet-le-Duc.

Saint-Front de Périgueux. Torre. Dibujo de Viollet-le-Duc

Además de la cubierta de escamas de piedra, que es muy similar en acabado, aunque no en forma, a la de la cúpula y cupulillas de Zamora, están los frontones, elemento muy raro en el Románico, compartidos, con aspecto muy similar, por la base de esta torre y la cúpula zamorana.

Saint-Front de Périgueux. Frontones

Catedral de Zamora. Frontones

Otro elemento en común es el tambor formado por un haz de pequeñas columnas que soporta, en Périgueux, el remate de la torre, y en Zamora las cupulillas que flanquean a la mayor.

Saint-Front de Périgueux. Tambor formado por columnillas.

Catedral de Zamora. Cupulilla. Nótese la similitud en el tambor.

Finalmente, las grandes columnas adosadas que recorren la torre francesa son bastante similares a las de la Portada del Obispo de la construcción española.

Saint-Front de Périgueux. Columnas adosadas

Catedral de Zamora. Portada del obispo con columnas adosadas.

jueves, 29 de noviembre de 2007

EL TORREÓN DE DOÑA URRACA

De entre las muchas fortalezas que hasta el siglo XI se debieron de levantar en las entonces fronterizas tierras de Castilla casi nada queda. Muchas se abandonaron y arruinaron, o fueron destruidas, o reemplazadas por construciones posteriores.

Una de las pocas que han sobrevivido en buen estado se encuentra en la histórica villa de Covarrubias, y se conoce como Torreón de Doña Urraca. Por una vez, parece que el nombre, al menos en la cronología, no está tan mal encaminado, ya que es del siglo X, es decir, de la época de doña Urraca, hija de Garci Fernández y señora de Covarrubias (como comparación, la Virgen de las Batallas (principios del XIII) adjudicada a Fernán González (siglo X), o el sepulcro "de Mudarra", con similar datación).

Covarrubias. Torreón de doña Urraca

Es una torre bastante alta, principalmente de sillería. Su forma es de tronco de pirámide, quizá para hacerla más estable, y le da una apariencia sólida y maciza. Se conserva casi íntegra, estando modificada solo la coronación, que, desmochada, está cubierta con un tejado; además, las ventanas del último piso están protegidas por matacanes del siglo XIV. Al interior, que no se puede visitar, el abovedamiento todavía es el original.

Esta torre es, en definitiva, una de las muestras mejor conservadas de la arquitectura civil/militar prerrománica.

Por otra parte, en Covarrubias queda abundante arquitectura civil que, aunque seguramente la mayoría no sea de la época, da a la población un aspecto medieval muy atractivo.

Covarrubias. Casa de doña Sancha

sábado, 24 de noviembre de 2007

BESTIARIO ROMÁNICO (POSTDATA)

Creía que con las tres entradas anteriores,

Bestiario románico (I)

Bestiario románico (II)

y

Bestiario románico (y III)

había acabado con la lista de animales fantásticos en la escultura románica.

Pero me equivocaba.

Entre los numerosos relieves incrustados en la pared de la iglesia de San Cipriano de Zamora hay una

Hidra: monstruo griego con cuerpo de serpiente y siete cabezas, relacionado con el mito de Heracles, que la mata en uno de sus doce trabajos.

San Cipriano (Zamora): Hidra

BESTIARIO ROMÁNICO (y III)

Esta es la última entrada de la serie del bestiario románico. Las anteriores son:

En este último artículo se habla de los monstruos derivados de la serpiente y de los reptiles en general; todos ellos son representación del pecado, del mal o el diablo mismo. Ha de tenerse en cuenta que aquí las distinciones entre muchas de las bestias son muy difusas, confundiéndose a menudo con facilidad y pudiendo una misma imagen ser interpretada como dos cosa diferentes.

Serpiente: aunque es un animal normal y no particularmente difícil de conocer para la población de la época, se incluye aquí porque cuando se representa en escultura se hace casi siempre con una gran carga simbólica, casi siempre imagen del diablo (según el relato de la expulsión del paraíso, el diablo aparece encarnado en una serpiente). Además, la serpiente simboliza el engaño y la mentira debido a su lengua bífida, frente a la lengua simple (la unidad de la verdad). Aparece en gran cantidad de lugares, aislada o formando parte de una escena (por ejemplo, luchando contra un caballero que es imagen del bien).

Soto de Bureba. Serpiente

Dragón: es una gran serpiente alada, fuerte y poderosa, con dos o cuatro patas, y a veces con partes del cuerpo emplumadas. En el Cristianismo también se identifica directamente con el diablo, empleándose la misma palabra para designar a ambos (como en la expresión benedictina non Draco sit mihi dux, Crux Sancta sit mihi lux, es decir, "que el Demonio no sea mi guía, que la Santa Cruz sea mi luz"). La palabra "dragón" es muy general y engloba a muchas criaturas similares como el basilisco, la anfisbena y la cocatriz.

Son excelentes las representaciones de dragones de las portadas de Abajas (en la imagen) y Soto de Bureba.

Abajas. Dragones entrelazados

Basilisco: llamado "rey de las serpientes", esta extraña criatura de mirada mortífera estaba formada por una serpiente alada con patas y cabeza de gallo; simbolizaba, como las demás variantes del dragón o de la serpiente, el pecado o el diablo. En algunos casos su cola, como en la anfisbena, estaba rematada en otra cabeza.

Soto de Bureba. Basilisco

Anfisbena: es, en los casos más sencillos, una serpiente rematada en cada extremo por una cabeza. Posteriormente, en la Edad Media, se añaden a su imagen alas con plumas y patas de gallos, llegándose a un animal bastante parecido al basilisco, lo que dificulta su distinción de aquel, siendo en cualquier caso los poco abundantes en la escultura románica. Parecen anfisbenas de este segundo tipo, aunque podrían ser también basiliscos, los monstruos representados en la portada de Arcos de la Llana.

Arcos de la Llana. Anfisbenas (o basiliscos)

Cocatriz: se trata de un gallo con cola de serpiente, muy similar al basilisco, con el que a menudo no se hace distinción (pero a la cocatriz nunca se le atribuye una cabeza enla cola), y que tiene el mismo poder de matar con la mirada. Aquí se muestra otro ejemplo de Soto de Bureba de una cocatriz, que también puede ser un basilisco.

Soto de Bureba. Cocatriz (o basilisco)

viernes, 23 de noviembre de 2007

BESTIARIO ROMÁNICO (II)

Este artículo es continuación del anterior, Bestiario Románico (I) Aquí se añaden otras cinco criaturas a la serie iniciada en el anterior y que terminará en la tercera entrega. Estas son:

Unicornio: criatura de escasa representación en el Románico, que está formada básicamente por un caballo con un cuerno en la frente, al que se añaden otros atributos como son patas de antílope y barba de chivo. Es generalmente símbolo de pureza y virginidad. Uno de los pocos lugares en los que se puede ver uno es la consabida portada de Soto de Bureba, donde además el animal aparece identificado con la inscripción UNICORNIUM.

Soto de Bureba. Unicornio

Centauro: Esta criatura con cuerpo de caballo y torso de hombre es símbolo, como las arpías y las sirenas, de la tentación y el pecado; pero es menos representado que estas otras; a menudo se lo muestra como una criatura belicosa, en lucha contra caballeros u otros centauros, como se ve en el ejemplo zamorano de la imagen.

San Claudio de Olivares (Zamora). Centauros

León: en el contexto románico es un animal mitológico puesto que, en general, la población de la época no tenía conocimiento directo de ellos; esto es causa del poco realismo de sus representaciones, por ejemplo, en comparación con los hipogrifos (al fin y al cabo, sí se conocían los caballos y las águilas; solo era cuestión de unir los dos). En consecuencia el aspecto que presenta es muy diverso.

Igualmente diverso es su significado simbólico; por una parte es a menudo símbolo del mal, del diablo, que se representa a menudo sometido por personajes como Daniel y Sansón. Sin embargo, en otras circunstancias representa a San Marcos en el Tetramorfos o incluso a Cristo resucitado, debido a las extrañas costumbres que se le atribuían (dormir con los ojos abiertos y resucitar el padre a las crías, muertas en apriencia, a los tres días de nacer con su aliento). Leones de mejor o peor calidad aparecen en muchos lugares; un buen ejemplo es el de Gredilla de Sedano, en una posición tan inusual como es el tímpano de una ventana; o, de la muy frecuente escena de Sansón en lucha con el león, el canecillo que aquí se muestra de la portada de Abajas.

Gredilla de Sedano. León

Abajas. Canecillo: Sansón y el león

Esfinge: es una de las bestias más raras en el panorama de la escultura románica. Su cuerpo es de león alado y su cabeza femenina. En origen era un demonio destructor. Hay que tener encuenta que esta esfinge procede de la mitología griega y nada tiene que ver, en principio, con las esfinges egipcias, sin alas y de cabeza masculina. En el Museo de Burgos se conserva un capitel maravillosamente tallado con dos esfinges, que posiblemente sea el único de toda la provincia, y que procede de la iglesia de Santa Magdalena de Tardajos, donde actualmente no queda nada románico.

Museo de Burgos. Esfinges (procedentes de Tardajos)

Mantícora: se trata de otro monstruo maléfico, devorador de hombres, formado por un cuerpo de león con cabeza humana masculina y cola de escorpión. Es casi inexistente en el románico; no he podido encontrar ningún ejemplo de Burgos ni de ninguna otra parte (aunque me consta que en algún lugar de otra región hay), salvo que consideremos que lo que anteriormente he llamado esfinges son en realidad mantícoras; pero no lo parecen por ser claramente femeninas y aladas.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

BESTIARIO ROMÁNICO (I)

Entre la profusa decoración con que los escultores románicos ornan los templos se encuentran las criaturas mitológicas. A veces se pueden considerar dentro de la decoración puramente ornamental, como los entrelazados vegetales; pero, aunque no formen generalmente escenas de carácter narrativo, sí suelen tener un significado simbólico (que puede variar según el contexto). Los seres representados se toman de la mitología occidental que procede, sobre todo, de la griega (esta, a su vez, de la egipcia y la mesopotámica, entre otras; así, aparecen en los templos románicos gran número de criaturas de los textos griegos: arpías, centauros, grifos, basiliscos...

Hay que tener en cuenta que para el hombre románico, que rara vez había salido de su región (por no hablar de Europa), todos estos seres tenían existencia real: tan verdadero era para ellos un león como un hipogrifo, ya que nunca habían visto ninguno de los dos.

Aquí no se habla de todas las criaturas representadas en la escultura románica; la lista se continuará en un artículo posterior.

Nota:La mayoría de las imágenes son de la iglesia de Soto de Bureba, de maravillosa escultura en los capiteles y, sobre todo, en la espectacular portada norte; en la que se pueden ver representaciones muy variadas tanto de animales fantásticos como de muchas otras cosas.

Arpía: Aunque en origen se las consideraba bellas mujeres con alas, acabaron convertidas en monstruos alados con cabeza de mujer, similares a las sirenas aladas. Es así como se representan en el Románico, donde son una de las criaturas mitológicas que aparecen con más frecuencia, pudiéndose contemplar en un sinnúmero de iglesias (Paco Torralba tiene un buen catálogo). Su forma varía de unas representaciones a otras, desde una especie de insecto alado y humanoide hasta un águila con cabeza de mujer.

Soto de Bureba. Arpía (o sirena)

Sirena alada: físicamente indistinguibles de las arpías, en la escultura románica presentan el mismo aspecto que aquellas. Aunque más a menudo son femeninas, en algunas iglesias (Moradillo de Sedano) aparecen representadas sirenas masculinas.

Soto de Bureba. Sirena alada (o arpía)

Sirena marina: en época románica se la representaba con una o dos colas (en este último caso a menudo sujetándolas con las manos; en la provincia de Burgos, sobre todo en la zona de Villadiego y en el valle del Esgueva) y, generalmente, con cuerpo de mujer. Sin embargo, al igual que sus homólogas voladoras, se encuentra a veces en versión masculina, como ocurre en Soto de Bureba. En general, las sirenas y las arpías solían ser símbolo del pecado y de la tentación.

Arenillas de Villadiego. Sirenas marinas de dos colas

Soto de Bureba. Sirenas marinas masculina y femenina

Grifo: Suele ser símbolo de la fuerza y de la vigilancia; tiene carácter de guardián. Se representa como un monstruo de ocho veces el tamaño de un león, con los cuartos traseros de este y los delanteros de un águila; su cabeza se reconoce porque, a diferencia de la del águila, posee orejas, como se ve claramente en esta muy detallada representación de Soto de Bureba, donde aparecen más cabezas de grifo, aunque ninguna de esta calidad, en varios lugares.

Soto de Bureba. Cabeza de grifo. Nótense las orejas que lo diferencian de un águila.

Hipogrifo: Hay quien dice que simboliza lo imposible, puesto que se consideraba descendiente de un grifo y una yegua, pero el caballo era una presa predilecta de los grifos. Sus representaciones (un grifo con cuartos traseros de caballo) no abundan; destaca la que se encuentra en un canecillo de la iglesia de Hermosilla, de gran finura y "realismo". También es visible en un capitel de la misma iglesia y en la portada de Abajas.

Hermosilla. Hipogrifo

lunes, 19 de noviembre de 2007

SANTA CECILIA DE BARRIOSUSO

A muy poca distancia del monasterio de Silos se encuentra la población de Santibáñez del Val, y en un alto entre este pueblo y el de Barriosuso, al que pertenece, está la ermita de Santa Cecilia, que es, a pesar de su gran rusticidad, una combinación de elementos románicos y mozárabes muy interesante, situada en un atractivo entorno natural.

Santa Cecilia. Vista general

La obra mozárabe es un edificio de sillarejo de una sola nave. Al interior (que no conozco ni debe de ser fácil de visitar) se encuentra dividida en nave y ábside por un arco triunfal de herradura; la capilla absidal se cubre de una cúpula sobre pechinas.

Al exterior destacan una rústica torre sobre el ábside, de cronología muy dudosa, así como las tres ventanas. Dos, al lado sur, son de simple aspillera rematada en herradura apenas marcada. En cambio, la cabecera está ornada por una bien trabajada (y original) aspillera de una sola pieza en forma de cruz pometeada.

Santa Cecilia. Aspillera

Santa Cecilia. Aspillera en forma de cruz pometeada

En época románica se realizan una serie de modificaciones al templo anterior. La más notable es la adición de una galería porticada de cinco arcos siendo el central, la portada, de mayor tamaño. A pesar de la ausencia de decoración y de la sobriedad en general (los arcos apoyan sobre simples pilastras cuadradas) resulta equilibrada y elegante.

Santa Cecilia. Galería porticada

También en época románica se ejecuta la actual portada. De dos arquivoltas, es sencilla pero la labra (vegetal, de poco relieve, en arquivoltas e impostas) y la construcción general son delicadas y bien proporcionadas.

Santa Cecilia. Portada

Este templo, aunque muy sencillo y con pocas pretensiones, tiene bastante interés por su antigüedad y por su mezcla, muy bien cohesionada, de estilos. Es una visita adicional interesante para quienes se acerquen al mucho más famoso y cercano monasterio.

Nota: Valdosa me comenta desde la Cofradía de Santa Cecilia que la ermita pertenece a Barriosuso, y no a Santibáñez del Val, a donde la había adscrito erróneamente. Fue la equidistancia a los dos lugares, y el hecho de que se acceda más comúnmente desde el segundo, lo que me indujo al error que ya he subsanado. En el plano se puede ver la ermita y las dos poblaciones:


Ver mapa más grande

viernes, 16 de noviembre de 2007

TÍMPANOS EN CAMPOO

La región del sur de Cantabria conocida como Campoo - Los Valles, cercana a las provincias de Burgos y Palencia, cuenta con una abundante colección de templos románicos, desde minúsculas y sencillas construcciones como la de Fombellida hasta imponentes obras como las colegiatas de Cervatos y San Martín de Elines.

Los habitantes de la zona no se suelen tomar muy bien lo de "Campoo - Los Valles" y hablan de varias regiones, o valles, separadas: Campoo, Valdeolea, Valderredible... En realidad, todos estos territorios tienen mucho en común y formaron la parte principal de la antigua Merindad de Campoo, que abarcaba también parte de las provincias de Burgos y Palencia, de modo que se puede hablar de ellos como de un conjunto.

En todo el conjunto de iglesias de esta zona (que se cuentan por decenas) solamente tres poseen tímpano, al menos tímpano decorado. Son la colegiata de Cervatos y las iglesias parroquiales de Retortillo y Quintanilla de Rucandio. Las tres piezas son completamente diferentes y nos sirven para ilustrar la gran variedad que puede tener el estilo románico, con obras típicamente áulicas o típicamente populares y otras inclasificables.

La pieza de Quintanilla de Rucandio es una Adoración de los Reyes, con la típica figura de San José dormido en un lado de la escena. Dejando aparte su lamentable conservación y el hecho de que no se conserve el resto de la portada, es una obra de temática convencional pero de muy cuidada ejecución, en la línea de las de Ahedo de Butrón, Moradillo de Sedano, Gredilla de Sedano... que tienen influencias de Santo Domingo de Silos. Se trataría, por lo tanto, de una obra, si bien local, de un taller áulico, es decir, ligado a las grandes obras promovidas por las instituciones (monasterios, reyes...) y en la línea de las escuelas más importantes.

Quintanilla de Rucandio. Tímpano
Cortesía de Carlos Calderón

Todo lo contrario ocurre con el tímpano de Santa María de Retortillo, aunque de nuevo sea el último resto que nos queda de una portada desaparecida; en este caso, tapada por la construcción de una escalera de acceso a la espadaña, reubicándose el elemento que nos interesa en otra pared de la iglesia. Aquí la obra es mucho más popular en la talla, incluso tosca; en cambio los temas son originales y enigmáticos. Se trata de una cruz portada por dos ángeles bajo la cual dos bestias afrontadas (un grifo y un león alado) enlazan su pata delantera (se "dan la mano"). Es común encontrar esta clase de tímpanos, de temas muy variados y talla muy popular, en toda la comarca burgalesa de Las Merindades; quizá la mejor pieza de este tipo sea la de El Vigo.

Retortillo. Tímpano

El tímpano de la colegiata de Cervatos es una obra única, que no se puede relacionar con ninguna otra. Está cubierto completamente por un denso entrelazado vegetal; la pieza recuerda remotamente a algunos elementos visigodos toda cuya superficie está decorada con patrones geométricos; pero la calidad es muy superior. También llama la atención el que presente dos dinteles: el superior con leones afrontados por parejas y el inferior con el mismo tipo de decoración que el tímpano. Es uno más de los muchos motivos (magnífico ábside al interior y al exterior, variada colección de canecillos "subidos de tono", arco triunfal sobre ménsulas...) que hacen inexcusable la visita de este templo.

Cervatos. Tímpano

jueves, 15 de noviembre de 2007

ARCOS POLILOBULADOS (II)

Esta entrada es continuación de Arcos polilobulados (I)

Además de los arcos en los que los lóbulos se disponen de forma escalonada (véase la entrada 1), hay otro tipo, el más abundante: aquel en el que su disposición es radial, configurando el conjunto de los lóbulos un arco (de medio punto o apuntado, generalmente).

Dentro de estos se puede hacer una clasificación, que es un tanto arbitaria y muy subjetiva, pero que me va a ayudar a la hora de dividir el mensaje, según cuál sea el arco predominante en el conjunto. Así, puede ocurrir que predominen los lóbulos sobre el conjunto del arco, o éste sobre aquellos; o que haya un equilibrio entre ambos.

En este artículo se va a tratar el caso en que la importancia del arco principal es mayor que la de los lóbulos, es decir, aquel se visualiza antes que estos. La estructura del arco no depende de estos: puede ser de medio punto o apuntado, dovelado o de una pieza...
Así, el arco es más uno "normal" con lóbulos de ornamento (como podrían serlo dientes de sierra, baquetones, bolas, esculturas...) que uno polilobulado.

Por ejemplo, los lóbulos en la primera arquivolta de las portadas de La Magdalena (Zamora) y de la colegiata de Toro son simplemente una parte más de la recargada decoración.

Colegiata de Toro. Portada sur

Algo parecido, aunque el conjunto de la portada es más austero, ocurre en Villamuriel de Cerrato (Palencia). Aquí, además, los arquillos tienen la particularidad de ser, a su vez, trilobulados.

Villamuriel de Cerrato. Portada norte

La sensación de predominancia del arco principal suele venir dada por el pequeño tamaño de los lóbulos (en relación con aquel), por su escasa curvatura o por estar muy separados; casi siempre, por una combinación de los tres.

En la portada de Gredilla de Sedano, por ejemplo, los trece pequeños arquillos que decoran el principal, son, comparados con aquel, diminutos.

Gredilla de Sedano. Portada

En la ventana absidal de Las Henestrosas de las Quintanillas (Cantabria), aunque su tamaño, en relación con el arco principal, sea mayor, la poca profundidad de los arquillos (a gran distancia apenas se aprecian) es la que da toda la importancia al arco.

Las Henestrosas de las Quintanillas. Ventana absidal
Cortesía de Carlos Calderón

Sí son profundos (de hecho son de herradura bastante cerrada) los lóbulos de los arcos del precioso sepulcro bajo arcosolio del claustro alto de la Catedral de Burgos. Sin embargo, no destacan debido a su separación (mayor que el propio radio de cada uno de ellos). Este sepulcro, conocido como de Doña Godo o de Mudarra, no debió de ser en realidad de ninguno de los dos, puesto que la lauda, que lo atribuye a doña Godo, no es parte la estructura original; en tanto que el personaje de Mudarra no tuvo existencia fuera de la épica medieval (aparte de ser, de haber existido, al menos dos siglos anterior a esta estructura).

Catedral de Burgos. Sepulcro de doña Godo o de Mudarra

lunes, 12 de noviembre de 2007

MÁSCARAS

En algunas iglesias románicas aparecen personajes enmascarados, máscaras o elementos similares. No es uno de los temas principales del románico; pero, aunque no se encuentre en lugares muy destacados (sobre todo en canecillos y más raramente en capiteles), aparece en unas cuantas iglesias. A efectos de este artículo vamos a llamar también máscara a las cabezas que, por su deformidad o su extraña mueca, lo parecen.

Por ejemplo, en Santa María de Siones y Fuente-Urbel, templos cuya escultura, como se ha comentado anteriormente, tiene mucho en común, se trata de personajes y animales que que aparecen en capiteles y canecillos. Las del segundo son llamativas por su tamaño.

Fuente-Urbel. Grandes cabezas con aspecto de máscara

En Soto de Bureba lo representado son personajes enmascarados, como si de un disfraz se tratara. Me consta, aunque no lo conozco, que en Padilla de Abajo se pueden encontrar representaciones de este tipo.

Soto de Bureba. Personajes disfrazados: a la izquierda, de "rey" (?); a la derecha, de animal

En Valmala hay unas extrañas figuras que, con sus deformidades, pueden ser tanto máscaras como, simplemente, personajes monstruosos.

Valmala. Canecillos con cabezas grotescas

Valmala. canecillos con cabezas grotescas.

Las máscaras, como gran parte de la iconografía románica, están abiertas a una multitud de interpretaaciones. Hay quien las considera representación, junto con las escenas de músicos, danzantes... de la parte festiva de la vida cotidiana románica; también quien las ve, al igual que a estas, como un símbolo del pecado. Otros las consideran simple y llanamente demonios. Quizá su significado no sea ninguno de estos o quizá sea distinto en distintos lugares: por ejemplo, las figuras de Soto de Bureba resultan más bien festivas y las de Valmala, francamente demoníacas.

sábado, 10 de noviembre de 2007

PRÓRROGA DE LA EXPOSICIÓN SOBRE EL CID

La exposición "El Cid, del hombre a la leyenda" ( véase el artículo anterior) del claustro bajo de la Catedral de Burgos se va a mantener hasta el 9 de diciembre, en lugar de hasta el 15 de noviembre, como era la idea inicial.

viernes, 9 de noviembre de 2007

FUENTE-URBEL: INTERIOR

A veces nos desplazamos grandes distancias a la búsqueda de cosas ignorando las que tenemos junto a nosotros. Yo recorro la carretera N-627 Burgos-Aguilar varias veces al mes; y, sin embargo, nunca me había detenido a visitar la iglesia de Fuente-Urbel, que está hacia la mitad de esta carretera.

Sin embargo, este último Día de Difuntos me decidí definitivamente; con la suerte de que la iglesia estaba abierta por celebrarse la misa, de modo que acabada esta pudimos visitar el interior.

Al exterior este templo no es muy aparente. Se conserva un ábside que tiene algunos canecillos y capiteles interesantes, pero nada muy destacado. Pero el interior del mismo ábside (el resto de la obra es, o bien posterior, o bien carente de interés) es una preciosidad; por esto y porque no hay muchas imágenes en Internet no me he podido resistir a poner algunas más de las que suelo.

Vista general del ábside

Lo recorre una arquería de cinco arcos, más sendos a cada lado del presbiterio. Algunos de estos arcos llevan una decoración geométrica muy elegante.

Arco del ábside

Arco del ábside

Brilla (perdón por el tópico) con luz propia sobre todos los demás el del presbiterio norte con una estilizada representación de Adán y Eva en el Paraíso.

Arco del presbiterio norte. Adán y Eva en el Paraíso

Los capiteles también son destacados; si bien no por la calidad de la talla, sí por lo original de la composición y de la temática, así como por la buena conservación. Su escultura, así como la del resto, es muy similar a la de la iglesia de Santa María de Siones en el Valle de Mena. Es interesante el que representa, se cree, la Pesca Milagrosa, que es idéntico a otros de Siones y Vallejo de Mena.

Capitel del presbiterio norte. Posiblemente Pesca Milagrosa

Pero quizá el más curioso sea uno del que asoman pequeños seres humanos en dos filas tapados por una especie de mantas. Hay quien dice que pueden ser las almas del Purgatorio; pero ¿quién lo sabe realmente?. Lo cierto es que es muy bonito el efecto que hace.

Capitel del ábside. Hombrecillos cubiertos con mantas (¿Purgatorio?)

Sobre este último no sé nada. El ave parece que posa el pico sobre una especie de yunque, ¿o es una tinaja?; ¿por qué está encadenada? ¿qué hacen y quiénes son los personajes?... Si alguien tiene alguna idea le invito a que la comparta aquí.

Capitel del ábside

La última imagen es de Santa María de Siones. Es mucho más espectacular, pero los detalles (que aquí no se aprecian), como ya se ha dicho, son muy parecidos.

Santa María de Siones. Interior del ábside
Cortesía de Carlos Javier Calderón