Soto de Bureba. Arpía (o sirena)
Sirena alada: físicamente indistinguibles de las arpías, en la escultura románica presentan el mismo aspecto que aquellas. Aunque más a menudo son femeninas, en algunas iglesias (Moradillo de Sedano) aparecen representadas sirenas masculinas.
Sirena marina: en época románica se la representaba con una o dos colas (en este último caso a menudo sujetándolas con las manos; en la provincia de Burgos, sobre todo en la zona de Villadiego y en el valle del Esgueva) y, generalmente, con cuerpo de mujer. Sin embargo, al igual que sus homólogas voladoras, se encuentra a veces en versión masculina, como ocurre en Soto de Bureba. En general, las sirenas y las arpías solían ser símbolo del pecado y de la tentación.
Arenillas de Villadiego. Sirenas marinas de dos colas
Soto de Bureba. Sirenas marinas masculina y femenina
Grifo: Suele ser símbolo de la fuerza y de la vigilancia; tiene carácter de guardián. Se representa como un monstruo de ocho veces el tamaño de un león, con los cuartos traseros de este y los delanteros de un águila; su cabeza se reconoce porque, a diferencia de la del águila, posee orejas, como se ve claramente en esta muy detallada representación de Soto de Bureba, donde aparecen más cabezas de grifo, aunque ninguna de esta calidad, en varios lugares.
Soto de Bureba. Cabeza de grifo. Nótense las orejas que lo diferencian de un águila.
Hipogrifo: Hay quien dice que simboliza lo imposible, puesto que se consideraba descendiente de un grifo y una yegua, pero el caballo era una presa predilecta de los grifos. Sus representaciones (un grifo con cuartos traseros de caballo) no abundan; destaca la que se encuentra en un canecillo de la iglesia de Hermosilla, de gran finura y "realismo". También es visible en un capitel de la misma iglesia y en la portada de Abajas.
Hermosilla. Hipogrifo
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