De hecho, son tan escasos que en todo el Románico burgalés solamente hay uno que pueda ser considerado plenamente como tal (aparte de algunos óculos de pequeñas dimensiones más o menos desarrollados como los de Soto de Bureba o Escóbados de Abajo). Se trata del que se encuentra en el pórtico del Monasterio de las Huelgas, y es de muy bella hechura.
Monasterio de las Huelgas. Rosetón del pórtico
En cambio, en la provincia de Zamora los rosetones son mucho más abundantes y variados. Entre los más impresionantes, aunque su ejecución deja algo que desear, se encuentra el del hastial norte de la Colegiata de Toro.
Colegiata de Toro. Rosetón del hastial norte
La misma colegiata posee un rosetón en el hastial sur y otro sobre el arco triunfal.
Colegiata de Toro. Rosetón del hastial sur
En la capital provincial hay dos tipos de rosetones que se repiten en varios puntos de las iglesias de San Juan de Puerta Nueva y de Santiago del Burgo. El primero es octogonal con columnillas, parecido al del hastial sur de Toro; aunque más pequeño y de talla más elaborada; el otro tipo, de menor tamaño, es hexagonal.
San Juan de Puerta Nueva. Rosetón de la fachada sur
San Juan de Puerta Nueva. Rosetón de la fachada norte
También en Zamora, en la iglesia de la Magdalena, hay otro ejemplo, que por tamaño es casi un óculo; pero que está trabajado con la delicadeza de un rosetón.
Santa María Magdalena. Rosetón de la fachada sur
Todos estos rosetones se encuentran en iglesias tardías, en las que el gótico no está ya lejano; pero siguen siendo, como de hecho las iglesias (salvo Las Huelgas) en las que están, de sensibilidad plenamente románica.
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