En realidad, no sería tan malo que pudiéramos hablar de "la iglesia perdida" así, en singular. Todos sabemos que, por ruina, expolio o traslado, decenas, quizá incluso cientos, de iglesias románicas han desaparecido para siempre. Y no pocas de ellas, en el cercano siglo XX, casi a la vista de nuestros padres y abuelos y ante el estupor de los académicos y la pasividad de las administraciones.
Pero este artículo se refiere a un templo en particular, que es un buen ejemplo de lo sangrantes que llegan a ser estas situaciones.
Sobre una roca a las afueras de la población de Ameyugo, cerca de Miranda de Ebro, se encontraba hasta la primera mitad del pasado siglo una ermita románica, llamada de San Juan. Por la poca información que nos queda (unas fotografías de hacia 1936 y una breve nota descriptiva de Luciano Huidobro), se encontraba en estado de abandono, pero conservaba, con todo, un porte bastante notable con un poderoso ábside articulado con arcadas profundas apoyadas sobre gruesos contrafuertes recorridos por columnillas dobles, en un estilo muy similar al de la iglesia de San Nicolás de Miranda de Ebro, pero de mayor esbeltez. Según parece, también quedaba una portada románica de dos arquivoltas sobre columnas de capiteles vegetales.
Pero en un momento indeterminado hace unos sesenta años esta iglesia es desmontada. Algunos citan como motivo la construcción de la autopista AP-1. En cualquier caso parece que fue comprada para alguna colección estadounidense, y actualmente se desconoce su paradero exacto. Quién sabe si el comprador, quienquiera que sea, se habrá molestado en desempaquetarla.
Hoy no va a haber fotografías. No tengo acceso a ellas (aunque el interesado puede consultar la Enciclopedia del Románico de Castilla y León, Burgos, tomo II, pp. 1503-1504, donde aparece una; esta titánica obra debería estar disponible en cualquier biblioteca bien surtida, y se puede comprar por Internet, aunque es bastante cara y voluminosa). Y, por otra parte, creo que la ausencia de imágenes sirve bien al tono de este artículo.
En fin, supongo que otro día habrá tiempo también para alegrarse un poco.
Me ha impresionado este artículo, Alberto.
ResponderEliminarSabía que se robaban o se han robado imágenes, piedras labradas, ventanas... pero que se haya permitido la venta de toda una iglesia... ¿Era privada?
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ResponderEliminarNo sé si era privada la iglesia, aunque imagino que sí; hasta hace unas décadas, de todos modos, cuando un particular no podía mantener una propiedad (muchas de ellas adquiridas en la Desamortización y dejadas caer) y se enteraba de que tenía valor artístico, lo vendía al mejor postor, que rara vez era el Estado. Tampoco es que ahora la Administración gaste mucho en recuperar patrimonio (para conseguir unas pinturas románicas para el prado, creo que las de San Baudelio de Berlanga, las "cambiaron" por una ermita segoviana), pero por lo menos estas operaciones son ilegales y están perseguidas. En resumen, este caso es escandaloso, pero me temo que no está, en absoluto, solo.
ResponderEliminarHay más información sobre el maltrato del patrimonio románico en el blog Picota y Cepo:
ResponderEliminarhttp://picotaycepo.blogspot.com/
Gracias de nuevo, Alberto. Son interesantes los blogs de Alkaest.
ResponderEliminarAlberto, en esta entrada sólo está la punta del iceberg. En la parte de Segovia, los expolios han sido impresionantes. La historia, por ejemplo, del Monasterio de San Bernardo de Sacramenia es para echarse a temblar. Se llevaron todas las dependencias, claustro incluido, menos la Iglesia. Y ésta no se la llevaron porque creyeron que tendria alguna proteccion estatal. Creo que años mas tarde se tiraban de los pelos porque se la podian haber llevado completa.
ResponderEliminarEs verdad, de algunas cosas, mejor no poner imágenes...